Competición

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A pesar de que el SEAT 850 nunca fue un coche tan propenso a competir como sus hermanos 600 o 124, jugó un papel interesante en los certámenes nacionales de finales de los 60 y principios de los 70, siendo los 850 Sport Coupé claros líderes de la clase 1 del grupo 1 (automóviles de serie de menos de 1.000 cc) en el Campeonato de España de Rallys hasta la llegada del 127.

Además, el SEAT 850 fue un modelo relativamente apreciado a la hora de iniciarse en el mundo de los rallys, logrando algunas actuaciones destacadas en esta categoría. A continuación repasaremos brevemente algunos de los logros deportivos más sonados del «ocho y medio» en el panorama automovilístico español.

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La trayectoria deportiva del SEAT 850 en nuestro país comienza en 1966, siendo el resultado más destacado la victoria de una berlina en la subida al Gurugú en Alcalá de Henares. En 1967 L. Contreras logra un tercer puesto en el Circuito Costa del Sol a bordo de un SEAT 850 en la categoría de hasta 850 cc. En la subida al Ricaveral (Almería) Contreras queda cuarto con una unidad preparada, y ese mismo año Pedro Vidal se clasifica en esa misma posición con un 850 Coupé en el Rally 600.

Un 850 Normal conducido por Conchín y Lidón Prades logra una victoria en el VI Rally Costa de Azahar, mientras que el 850 Coupé de Carbajo se impone en el Campeonato Social del Club 600. Ya en 1968, el pequeño SEAT también brilla con luz propia en el Rally Ignis, estando los cuatro primeros puestos ocupados por dicho modelo.

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En la Subida a la Silla de Felipe II el 850 berlina de Rasilla consigue un honroso quinto puesto, posición que también logra la unidad conducida por Bertrand y Guasch en el Rally Las 3 Costes. En 1969 habría que hacer mención al cuarto puesto de Gómez y Medina a los mandos de un 850 Coupé en el Rally Cavallino, así como a la quinta posición del Coupé de Cinto en la categoría de turismos de serie de las 2 horas del Jarama.

El año termina con la quinta posición de Fuertes dentro del grupo 1 en el Trofeo de España por regiones, siendo el modelo elegido de nuevo un 850 Coupé. En 1970 tendríamos que destacar el cuarto puesto de González y Barrie en el Rally femenino Saibil con un 850 Coupé, la victoria de un SEAT 850 en el Rally Cavallino con Uriarte y Barrena a los mandos, y la cuarta posición de Escartí y Gómez en el Rally Saica con un Sport Coupé.

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En 1971 el 850 Coupé de Vender termina tercero en la III Subida al Coll Formica, puesto que también logra Bohígas en el Rally 600 con un 850 Especial. El 850 Sport Coupé sigue abriéndose hueco con el quinto puesto de Soler en el Criterium Guillerías. En el Sant Cugat Tibidabo el 850 Coupé de Vender queda en segunda posición. Peter y Macías logran quedar quintos en el Rally Tore del Oro con otro Coupé.

Ya en 1972 Tony Riba y P. Cortinas finalizan en quinta posición durante el IX Rally 600. El Sport Coupé de Soler consigue terminar cuarto en el II Criterium Guillerías, y en el Rally femenino de Monserrat se imponen Juncosa y Bugallo con un 850 Normal. Uno de los resultados más interesantes del año sería el de Marcos y Suxo en el Rally del Mueble, en el que su 850 Sport Coupé quedó cuarto.

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Además, el 850 Spider 1600 del preparador Juncosa hace acto de presencia y logra un tercer y quinto puesto en el Rally Vendrell-Andorra y en la Carrera en Cuesta a la Rabassada respectivamente. En 1973 Juncosa queda cuarto en el San Cugat-Tibidabo y en la Carrera en Cuesta a la Mata. Además, un Coupé vuelve a vencer en el Rally femenino Siasa, en este caso con Martín y Almansa al volante. Tampoco habría que perder de vista la quinta posición de Fernández con un Coupé en el II Rally Juegos Carthaginenses.

En 1974 un 850 Especial termina cuarto en el Rally Nocturno Arizti, mientras que Juncosa logra quedar quinto con su Spider 1800 en la V subida a Morella. Sin embargo, los tiempos del 850 en el mundo del automovilismo ya han pasado, y el veterano modelo va dejando paso a vehículos de concepción más moderna, los cuales resultan mucho más competitivos. Sin embargo, el pequeño SEAT realiza una breve reaparición a finales de los 70 y principios de los 80 en las categorías de autocross, probablemente debido a que ya es un modelo viejo al que los pilotos no dudan en «maltratar» sin reparos en circuitos de tierra.

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Datos extraídos del libro «Seat 850», de Ramón Roca (Edicions Benzina)

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